Como corredor, es probable que en algún momento de tu trayectoria te veas desmotivado para correr. Probablemente ya llevarás superados unos cuantos retos, te planteabas seguir adelante mejorando pero te ves con pocas ganas de luchar. ¿Qué tecla podrías tocar para recuperar la ilusión que te ha hecho cruzar ya unas cuantas metas? ¿Puede un cambio en el enfoque de objetivo ser relevante?
A veces pasa, aunque no sepas por qué.
Venías ilusionado con tus competiciones pero de pronto ves que los entrenos más duros no los peleas tanto, que las carreras te dan más igual o que prefieres hacerlas en “modo entrenamiento”.
O llevas varios intentos frustrados compitiendo por una marca concreta y ves que no lo consigues. Entonces se mezcla la obsesión con la frustración. Pero no acabas de verte entrenando con ilusión.
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