Hay días en que por mucho que estés motivado con tu objetivo, ves el entrenamiento que te toca y te sientes incapaz de entrenar. Puede ser que estés más cansado o medio enfermo y empiezas a pensar, ¿me fuerzo y cumplo con el entrenamiento o mejor hoy no lo hago? ¿Rebajo o cambio el entrenamiento por uno más suave? ¿Cómo afectará realmente no hacer este entrenamiento al conjunto de mi preparación?
Como corredor popular no es raro que haya algunos días en que a la hora de enfrentarte a tu entrenamiento te veas sin fuerzas. Quizá después de una dura jornada de trabajo, por diferentes circunstancias personales o porque tengas un bajón de defensas o te encuentres algo constipado o enfermo. Si ante este contexto además ves que tendrías que hacer unas series o algún otro trabajo duro como entrenamiento, es fácil que te vengas abajo y te sientas incapaz.
Pero también pasa que a veces aunque te veas demasiado agotado para abordar el entrenamiento, aún así te fuerzas a hacerlo y luego te sientes mucho mejor. En muchos casos es más una cuestión mental que realmente un cansancio físico. La cuestión sería, ¿cómo sé cuándo debo entrenar porque me va a beneficiar el ejercicio y cuando no? Leer más