¿Tienes la sensación de pasarte el invierno encadenando resfriado tras resfriado y sin poder entrenar regularmente? No es raro que vivas esta situación sobre todo si vives en climas fríos. ¿A qué puede deberse esto? ¿Cómo se podría solucionar esta situación?
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Cuando las temperaturas bajan, es habitual que tanto corredores como no corredores se resfríen o sufran gripes con mayor frecuencia. Con el frío, ciertos procesos de nuestro organismo se hacen más lentos, lo que supone entre otras cosas que nuestras defensas bajan. Entonces somos más vulnerables a los virus y bacterias que circulan por el ambiente.
Si a esta condición le sumas ser corredor, el riesgo aumenta, sobre todo al hacer entrenamientos intensos. Al realizar un esfuerzo intenso o largo, nuestro cuerpo segrega hormonas del estrés que tienen como contrapartida actuar como inmunodepresores. Es decir, si el frío ya implicaba una bajada de defensas, el hecho de entrenar con frío añade otro escalón más.
Estos supone que después de un entrenamiento de calidad somos más vulnerables todavía. Nuestras defensas han bajado y tardarán unas horas o quizá algún que otro día en recuperarse. Leer más