Si un gel te da un chute de energía y lo tomas en la maratón o media maratón, podrías pensar que tomarlos entrenando también servirá para completar bien el entrenamiento. Aunque pudiera ser así, ¿cuáles son las consecuencias que tiene esto como práctica regular?
Preparar carreras como una maratón (y en menor medida una media maratón) implica superar algunos entrenamientos muy exigentes. Además de entrenar con frecuencia y volumen de entrenamiento considerable.
Súmale a eso que como corredor popular te enfrentas a madrugones, días de trabajo y un probable no parar de otras tareas y responsabilidades. No es raro que si entrenas al final del día llegues ya un poco agotado.
Entonces el gel podría darte esa chispita que te falta para calzarte las zapatillas y cumplir con el entrenamiento.
Lo que aporta el gel
Los geles energéticos son compuestos que suelen contener altas concentraciones de carbohidratos simples, como la glucosa o la fructosa. El objetivo es que proporcionen una fuente rápida de energía.
Pero ojo, que aún así tardan alrededor de 15 o 30 minutos en ser absorbidos por el organismo y que puedas disponer de esa energía.
Su uso tiene sentido cuando el cuerpo necesita mantenerse corriendo o haciendo ejercicio y se le acaba la energía de acceso más rápido. Algo típico que pasa en una carrera de fondo puesto que la capacidad que tiene el cuerpo para almacenar glucógeno no da para cubrir tantos kilómetros como tiene una maratón. Y cuánto más rápido sea el ritmo, menos aún, quemas más.
La cuestión es si este aporte de energía, sería necesario en cada entrenamiento o en muchos de ellos.
Está claro que cada entrenamiento te supone un desgaste y quemar energía, pero no cada entrenamiento implica el desgaste de una maratón. Ni todos los entrenamientos deberían implicar un mismo nivel de desgaste. Debería haber algunos más exigentes.
Aunque puede variar según el ritmo, el cuerpo suele tener reservas de glucógeno como para aguantar la práctica de ejercicio durante unos 90 minutos. Eso quiere decir que con esas reservas naturales, no deberías necesitar geles para entrenar normalmente. Contando con que normalmente tus entrenamientos están por debajo de esos 90 minutos.
Igual te encuentras que has comido poco y mal, llegas cansado del trabajo con poca energía y tienes que salir a entrenar. Probablemente necesitarás sumar algo de combustible pero podrías hacerlo con fruta u otros alimentos. Sin necesidad de un gel.
Sí, igual el gel es más rápido, cómodo e inmediato. Pero también tiene otras consecuencias quizá no tan buenas.
Así te impacta la ingesta regular de geles
Hay diversidad de tipos de geles en cuanto a composiciones y densidades, pero aún así, hay motivos para que sean temidos por muchos corredores. Principalmente por los problemas gastrointestinales que pueden producir.
Estos pueden venir derivados de la propia composición del gel y cómo le siente a cada uno. Hay sensibilidades diferentes a ellos. Por eso está bien probar varios y dar con el que mejor te caiga a ti. Pero no es solo esto.
Si regularmente estás ingiriendo geles, puede aumentar la carga osmótica en el intestino, lo que puede llevar a la retención de líquidos y provocar diarrea o malestar estomacal. Digamos que estarás generando un efecto acumulativo de geles en el intestino.
Si vamos algo más en profundidad, lo que estás haciendo es añadir a tu dieta habitual un chute extra de hidratos. Y generando ese habito en el cuerpo.
Por una parte, esconde por detrás que no estés llevando una dieta saludable y completa tirando de una combinación de nutrientes más equilibrada. Pero por otro lado, ese extra de hidratos puede suponer un desequilibrio en la dieta. Estar aportando más hidratos de los que realmente necesitarías que supuestamente ya deberían venir con una comida equilibrada en nutrientes.
Muy buena idea no parece descuidar tu alimentación, para tu vida en general.
Desde el lado deportivo, también interesa ver cómo afectaría esa frecuente ingesta de geles.
Lo que estás haciendo es acostumbrar a tu cuerpo a tener una fuente extra de energía rápida. Lo que quiere decir que la capacidad de tu cuerpo para tirar de sus fuentes de glucógeno no las estás entrenando. Algo que también te interesa entrenar.
El entrenamiento no es solo muscular, sino a nivel de todo el organismo. Cómo tu organismo desarrolla adaptaciones para gestionar su energía también forma parte del proceso.
Aunque tampoco se trata de eliminarlos de todos los entrenamientos.
Casos en los que los geles entrenando tienen sentido
Por su propia utilidad y funcionamiento, los geles serán necesarios en ciertos entrenamientos. Pero más en algunos puntuales que como norma.
La función será doble, ayudar a completar con el entrenamiento y testear y acostumbrar a nuestro cuerpo a esos geles para el día de la carrera. Si haces una maratón necesitarás geles durante el día de la carrera para completar la energía que tu cuerpo no llega a poder almacenar. En caso de una media maratón, también algún gel te vendrá bien, probablemente.
Los criterios para que un gel tenga sentido en un entrenamiento pasan por:
- · Duración del entrenamiento: tienen sentido para entrenamientos más largos, especialmente aquellos que duran más de 90 minutos. Pueden ayudar a mantener tus niveles de energía.
- · Intensidad del entrenamiento: hay entrenamientos que pueden requerir una alta intensidad además de tener una duración considerable, como unas series largas de 3x6000m. Entonces si estás quemando muy rápido glucógeno durante un tiempo prolongado, puede ser que a tu cuerpo no le baste para llegar con suficiente energía a la parte final.
- · Objetivos del entrenamiento: cuando entrenas con lo que pueden ser las características más parecidas a lo que será una maratón o carrera de larga distancia, consumir geles durante los entrenamientos será parte del entrenamiento. Te permitirán practicar tu estrategia de nutrición y familiarizarte con los efectos que tienen en tu cuerpo. Esto pasa en el caso de las tiradas largas, por ejemplo.
No se trata entonces de que los geles pasen a estar prohibidos en el entrenamiento, si no que entendiendo su funcionalidad y sentido, hay entrenamientos en que conviene utilizarlos. Pero tampoco normalizar su uso favoreciendo que eso suponga cuidar la dieta o pueda perjudicar la salud intestinal.
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