Competir nos pone a prueba, nos hace disfrutar del ambiente y vivir nuevas experiencias. Nos gusta. Entonces tendemos a encajar más y más competiciones. Pero cuando estás dentro del ciclo específico de un objetivo concreto, ¿puedes meter otras carreras? ¿Estarás poniendo en riesgo tu objetivo?
Para el corredor popular, participar en una carrera es ponerse a prueba a sí mismo.
Pero no solo eso.
También es disfrutar del ambiente incluso ya en los días previos, en la carrera y en el después. Está la parte deportiva pero también todo lo que la rodea. Incluso el encuentro con amigos y el compartir con otros corredores.
Vivir esta experiencia influye en que como corredor quieras correr una competición tras otra. Acabas una y por muy cansado o dolorido que estés, pronto aparece en tu cabeza la posibilidad de acometer otra nueva.
¿Cómo influyen las competiciones dentro de un ciclo específico de entrenamiento?
Para empezar, seas más o menos ambicioso o competitivo, lo suyo es que tengas un plan de entrenamiento.
Lo que estás consiguiendo con el plan es definir un marco de entrenamiento que te ayude a progresar. Si progresas, te mantienes motivado y eres capaz de seguir una rutina deportiva durante más tiempo. Te sientes mejor, ganas en salud y acabas viéndote más feliz por todo lo que esto te aporta.
Sin plan, es más fácil abandonar los entrenamientos.
No solo no ves progresión sino que te puedes llegar a aburrir si vas improvisando y haciendo siempre lo mismo y nada de satisfacción ni de sentirse mejor. Más bien cada vez vas más a peor. O llegas al estancamiento antes.
Entonces, si compites porque disfrutas, también deberías tener un plan que te guiara en ese disfrute y no acabaras tirando la toalla demasiado pronto.
Así que, partiendo de la base de que tienes un plan de entrenamiento, lo siguiente es coordinar calendario de competiciones con plan de entrenamiento.
Cuando compites y persigues llevarte la satisfacción de que bien te has superado personalmente o bien, al menos, te has sentido satisfecho porque has dado todo lo que tenías, pasa esto, que lo das todo. Te pones un dorsal para salir a exigirte, no de paseo.
Vale, hay veces que uno dice que va a cierta competición pero como entrenamiento. Ojo con esto porque no es tan fácil ponerse un dorsal, ver cómo otros te adelantan o tú podrías estar dando más y conseguir mantenerte frenado.
No, al final eso de ir de entrenamiento hay que cogerlo con pinzas.
El resultado de competir (aunque sea de “entrenamiento”) es que afecta a la planificación. Una competición supone una alta exigencia y eso implica ajustar las cargas y entrenamientos antes de la misma y después. Permitir llegar fresco a la carrera y dejar espacio para la recuperación tras ella.
Total, que cuantas más competiciones tenga tu plan de entrenamiento, más semanas “improductivas” tendrás.
Las semanas de entrenamiento se estructuran dentro de ciclos que buscan una progresión. Para esto no hay que perder de vista tener una visión global y dentro de eso equilibrar cargas y tipos de entrenamiento. Ni en cada semana se tocarán todos los tipos de entrenamiento ni tendrán el mismo volumen. No es una suma de unidades a modo de sucesión de semana, sino un conjunto interconectado.
Ese conjunto dibuja una trayectoria de mejora progresiva basada en la ejecución de ciertos entrenamientos.
Y ahí, las competiciones interrumpen esa cadena de entrenamientos. Por eso, pueden verse como si intercalaran semanas “no productivas”.
La importancia de esto radica en que si metes competiciones dentro de ese ciclo, estás alterando ese conjunto.
A veces es por falta de conocimiento o de tiempo que uno no llega a tener el plan de entrenamiento bien ajustado o definido. Pero eso no es necesario que lo hagas tú, podemos hacerlo nosotros y tú limitarte a cumplir el plan. Para eso está nuestro sistema de entrenamiento más personalizado.
>> Quiero saber más sobre ese sistema de entrenamiento.
¿En qué se puede competir (o mejor no) dentro de un ciclo específico de entrenamiento?
El ciclo específico de entrenamiento constituye el conjunto de entrenamientos (y semanas de entrenamiento) que te van a hacer llegar mejor preparado a un objetivo en concreto. Todos esos entrenamientos que harás durante el tiempo que dure este ciclo, tienen como fin último sacar lo mejor de ti mismo para una distancia, marca y fecha concreta.
Tan simple como importante de tener en cuenta.
Sí, porque ahora viene que si quieres competir con demasiada frecuencia, habrá pruebas que quizá caigan dentro del ciclo específico de otro objetivo.
Por ejemplo, si consideras que un ciclo específico de maratón pueden ser entre 16 y 12 semanas, es un periodo de tiempo de duración considerable. ¿Vas a pasar entre 4 y 3 meses sin competir a ti que te gusta tanto?
Pues no es raro que pase que no.
Que al final a un corredor popular le surge que hay una carrera en su zona, que un amigo le dice de ir a otra carrera, que tiene ya mono de competir…
Quizá para ciclos específicos de carreras de menor distancia, que tienen menos duración, es más fácil no competir dentro de ese ciclo. Pero en maratón hay más probabilidad de acabar queriendo correr en alguna otra carrerita.
Pero mira, incluso, hay carreras que vienen bien en el ciclo específico y son más que recomendables.
Esas estarían dentro de las competiciones que sí se pueden hacer en este ciclo:
- – Competir como test.
Tanto si estás en específico de maratón como de media maratón, es bueno hacer en un momento determinado del ciclo una competición que ayude a medir la evolución de lo que llevas entrenado. En el caso de la maratón será bueno hacer una media maratón y si preparas una media maratón hacer un 10 kilómetros.
- – Cross
Siendo una distancia corta, por las propias características de la prueba y la exigencia, puede venir muy bien dentro de la preparación de una maratón. No se trata de atiborrarse a hacer cross cada fin de semana cuando llega la temporada (sobre todo invierno) pero sí en su justa medida puede ser beneficioso.
- – Distancias menores que puedan darte un poco de vidilla.
Aquí hablamos de distancias menores como de 10 o 5 kilómetros que puedas incluso hacer en modo “entrenamiento”. Se trata de competiciones que por su distancia no son muy agresivas y pueden incluso encajarse bien para que ayuden a ponerse en forma.
Entonces, hay ciertas pruebas que se pueden encajar y unas ayudar más por la información que aporta y otras, pueden incluso aportar algún extra de forma o motivación.
Sin embargo, aún considerando que eres corredor popular, no vives de esto y lo que quieres es disfrutar, no te recomendaría hacer dentro de un ciclo específico pruebas como:
- – Carreras de trail
Aquí da un poco igual la distancia pero obviamente cuanto más distancia, peor. Se trata de que si estás preparando una prueba en asfalto, los grupos musculares que habitualmente fortaleces no son los mismos que utilizarías en montaña. Entonces, puedes llevarte unas buenas agujetas durante días que te impidan seguir tu entrenamiento normal. Por no hablar del riesgo de lesión que también si no corres habitualmente en montaña, se incrementa al no ser un terreno al que estés acostumbrado ni tengas la técnica correcta.
- – Carreras de pista o velocidad
Normalmente, alguien que prepara una maratón o media maratón no suele verse atraído por carreras de 400, 800 o incluso 1500 metros. Y el caso es que no resultan muy compatibles con la distancia de fondo y no serían muy recomendables. El riesgo de preparar distancias así, es que requieren de un trabajo muy explosivo que no cuadra con la preparación de una maratón.
- – Triatlones o duatlones
En este caso estamos hablando de acompañar el entrenamiento de correr con bici y/o natación. Aunque bien es cierto que en los ironman se corre la distancia de maratón, particularmente pienso que meter entrenamiento específico de maratón no es del todo compatible con poder entrenar fuerte otras disciplinas ya que alguna siempre queda relegada a un segundo plano. Al tratarse de grupos musculares diferentes pueden interferir a la hora de conseguir el máximo rendimiento pretendido. Diferente es en su conjunto realizar un buen papel, pero creo que nunca se obtendrá el máximo en carrera, o el máximo en bici o incluso el máximo en natación si no se entrena exclusivamente esa especialidad.
No es que por estar dentro de un ciclo específico preparando una prueba concreta tengas que dejar por completo de competir, pero sí que conviene seleccionar bien las pruebas en las que participar para que sumen en el conjunto de la preparación. Así como no abusar de competir y hacerlo en su justa medida.