La exigencia en la vida del corredor (y cuando no puedes más)

La vida del corredor (con objetivos) está rodeada de exigencia. Eso produce mejoras, progresión y satisfacción. Pero cuando un corredor lo es durante unos cuantos años, puede agotarse esa capacidad de exigencia continua. No es solo entrenando, es exigirte en carrera o en la progresión de marcas. ¿Cuándo puedes notar que quizá es momento de bajar exigencia? ¿Qué nuevo enfoque podrías tomar?

exigencia corredor

El ciclo específico acota un tiempo limitado en gran medida por una cuestión mental. Dada su alta exigencia, podrás conseguir completarlo si tu cabeza sabe que aquello tiene un fin relativamente próximo.

Pero la carrera de un corredor, aunque sea popular, está rodeada de una cierta constante exigencia. Aunque bajes algunas semanas al año el entrenamiento, hay como una constante global de apretar más si quieres seguir mejorando.

Como que cada carrera no puedes evitar querer que sea mejor que la anterior.

Eso implica alto esfuerzo en diferentes ámbitos.

 

Lo que impulsa tu exigencia inicial

 

En tus primeros años como corredor vas con una idea clara de lo que quieres, verte mejorando. Mejorar marca en carrera y notar buenas sensaciones entrenando.

Entonces hay dos cosas que tiran de ti para que la exigencia sea relativamente fácil.

Por un lado está la novedad y aprendizaje de un nuevo deporte. Eso de empezar a descubrir que hay distintos tipos de entrenamiento y adentrarte en todo un mundo nuevo.

Por otro lado está experimentar la satisfacción al ver tus mejoras de resultados, que además son más cuantiosos (saltos más grandes) en esas etapas iniciales. Con no tanto esfuerzo, saboreas mejores resultados.

Esos impulsores hacen que la motivación sea alta y con ella la capacidad de exigencia.

Pero ese escenario no es eterno. La novedad se acaba y la progresión de rendimiento llega un momento que se pone más difícil.

Lo que pasa que entonces ya te han enganchado esas sensaciones.

Puedes entonces ir haciendo cambios en tu entrenamiento (incluso hábitos) y seguir empujando la progresión. Solo que ya empiezas a ver que los saltos de mejora no son tan grandes.

Cuando continuas con esta tónica año tras año, llega un momento que la sensación global es que has pasado unos cuantos años exigiéndote. Por mucho que haya habido alguna temporada algo menos cargada de entrenamiento.

No es raro encontrarse con una cierta fatiga sobre todo mental y decidir que tiras la toalla y empiezas a correr solo por gusto o mantener algo la forma (o poder permitirte comer sin sufrir por las kilocalorías).

 

El sufrimiento intrínseco del corredor

 
Te diría que por mucho que cualquier deporte conlleve exigencia, no todos implican el mismo grado de sufrimiento. Por ejemplo, no creo que un futbolista “sufra” de la misma manera un entrenamiento o una competición como lo hace un corredor de fondo.

Al final, como corredor de fondo sufres y te exiges en:

  • – Entrenamientos
  • – Carreras
  • – Conjunto de temporada

La palabra sufrir parece claramente inseparable del corredor de fondo.

Es cierto que hay entrenamientos que son más cómodos, pero rara vez te basas solo en esos. En periodos de preparación de una carrera, lo más probable es que cada semana tengas uno, dos o tres entrenamientos de sufrir. De exigencia.

Y luego llega la carrera.

Da igual que llegues a ella muy bien preparado o mejor, los últimos kilómetros vas a sufrir. Si es que buscas exprimirte al máximo, claro.

Además de que si has ido persiguiendo esa búsqueda de mejora de marca o de conseguir tu mejora marca personal carrera tras carrera, la sensación general será de estar siempre exigiéndote.

Cuando sumas ese esquema durante 5, 8 o 10 años, puedes agotarte.

Puede llegar un momento en que te digas: ya está, solo quiero seguir corriendo por placer, se acabó la dureza.

¿Qué opciones quedan entonces para lidiar con la exigencia y sufrimiento?

 

El enfoque de tu exigencia a nivel macro

 
Si te has mantenido unos años corriendo y entrenando bien (con un buen plan de entrenamiento y siendo cumplidor), lo normal sería que tus marcas hubieran mejorado considerablemente. Incluso que hubieras alcanzado buenas marcas considerando las referencias para un corredor popular.

Esto hace que llegue un punto en que esa nueva mejora de marca implique llevar un entrenamiento de más dedicación, quizá más volumen y entrenamientos más duros. Consecuentemente, bajar ese nivel de entrenamiento te llevará a conseguir marcas peores en carrera.

Pero a ver, podrías hacer una marca que no sea mejor a otras o a la anterior que ya tenías o hacer una marca un tanto pobre. Esto depende de tu decisión de exigirte en carrera.

Si llegas con menos entrenamiento pero dispuesto a darlo todo, podrás no conseguir una mejor marca personal pero seguir sintiéndote satisfecho con ella. Al final, esa satisfacción deriva de que tú sientas que has dado lo mejor de ti. Suponga eso lo que suponga.

El caso que es más probable que te deje peor sabor será no exigirte en carrera, independientemente de la marca que consigas. Ir allí a pasear. Esto te alejará más de la sensación de satisfacción.

La otra parte es cómo regular esa exigencia a nivel macro y qué decisiones tomar.

Si viendo el conjunto de carreras de una o dos temporadas tomas el enfoque de “en unas me exprimo pero en otras no”, o el de en todas me exprimo pero habiendo rebajado el esfuerzo en el entrenamiento.

Aquí el tema es muy mental.

Concebir cada carrera como una obligación de exprimirte sumado durante tantos años de trayectoria, puede conllevar cierto rechazo a la competición. Sería algo así como una consecuencia inconsciente que perseguiría evitar ese sufrimiento.

Con todo esto llegamos a que ese acumular años como corredor con esa continuidad de exigencia puede llevar a preguntarse: ¿realmente todo esto me compensa?

Esa respuesta tendrá que ver en parte con la ambición y circunstancias de cada uno pero también, podrás quedarte con buscar la compensación de otra manera. Leer que es lo que te agota y lo que quieres seguir manteniendo, como rebajar entrenamientos pero seguir acabando una carrera satisfecho por lo que has sido capaz de dar de ti mismo. Sin que todas las carreras tengas que perseguir dar tu máximo, o sí.

Decidas exigirte más o menos, cuanto mejor hagas las cosas más partido te sacarás. Para eso podemos darte unos cuantos consejos e incluso un ebook de regalo. Solo si te interesa.

Sí, me interesa
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