Igual hubo algún día en que no te veías ni de broma haciendo una maratón o media maratón. Tú nunca habías sido mucho de correr y no te veías ni dando una zancada. Eso no era para ti. Sin embargo, unos años después corres con regularidad y compites en larga distancia. Pues espera, que esto es solo un indicador de algo mucho más grande.
Pasa algo así como que como personas nos identificamos con una serie de comportamientos y actos y no con otros. Entonces si a alguien que está yendo a caminar para hacer ejercicio le invitas a que trote un poco, te dice un “no, yo correr no, no soy de hacer eso”.
Ya, no soy de hacer eso ahora. Pero una persona cambia y evoluciona (o debería).
Lo único que más limita esos cambios y te hace permanecer inamovible es tu cabeza. Es no reconocerte mentalmente en una situación. Es incluso el miedo a hacerlo bien o tener éxito.
Eso frena muchos intentos.
Romper la barrera de la identidad
Nuestro cerebro funciona como organizado en patrones. Tiene unos esquemas metidos en la cabeza y lo que espera es que la realidad encaje en esos patrones.
Entonces si tú conoces a alguien haciendo determinadas cosas regularmente, eso te queda asociado a esa persona. Como que has construido su ficha o patrón.
Así pasa que cuando ves a alguien haciendo alguna actividad o tomando una decisión que no te esperabas de esa persona, te extrañas. No encaja en tu patrón.
Pues parece (y esto es más reflexión que investigación científica) que tengamos un propio patrón de cómo nos vemos a nosotros mismos. Nos reconocemos en una rutina, una profesión, unas actividades, una manera de ser.
Imaginarnos haciendo algo diferente de eso que de algún modo nos identifica, nos puede inactivar la acción.
Viene la sensación de estar haciendo una locura si haces esta o aquella cosa diferente. Entonces no te atreves a dar el paso. Porque no te ves, no te lo crees.
Corriendo, y más si corres maratón, puedes haber pasado por unos inicios así. Como que al principio te decías que ni de broma harías una maratón, porque ni corrías. Pero un día, después de pensarlo mucho, diste unas primeras zancadas. Lo que te llevó a empezar a reconocerte como corredor.
Cuando ya venciste ese cambio de identidad y de patrón, mentalmente fuiste capaz de poder ir corriendo más y más.
De ahí a una carrera, a otra y a la maratón.
Esto tiene también otro efecto
Si eres de los que miras atrás y recuerdas una juventud alejada de correr incluso del deporte y ahora eres corredor de fondo, quiere decir que has hecho un cambio muy grande. O igual has oído alguna vez eso de “¿y este ahora corre?” dirigido a tu persona.
Pues al final es posible que lo que hayas hecho es romper un límite que tenías y crecer sobre él, superarlo. Superarte.
Empujas un poco más tus límites y eso ayuda a crecer.
Seguramente ha sido un proceso progresivo en el que poco a poco te fuiste reconociendo como corredor. Ya no es que necesite ser progresivo por la adaptación física es que mentalmente, uno genera también cierta adaptación. Como que al principio se ve más forzado saliendo a correr e incluso le puede ser algo extraño hasta que un día se convierte en algo natural.
Si además después de esa fase empiezas la progresión de ir luchando por conseguir tus objetivos y los completas, entonces te estás llevando algo muy potente al resto de tu vida.
Te estás demostrando que eres capaz de enfocarte en lo que quieres conseguir y perseverar en ello hasta lograrlo.
Si lo has podido hacer en el deporte, lo puedes hacer en tu vida o en tu trabajo.
Esa decisión que no te atreves a tomar, puede dar miedo al principio pero si extrapolas, cuando te identifiques en el nuevo rol o patrón en el que te ponga esa decisión, todo será normal de nuevo. Hay un periodo como de adaptación a la nueva identidad hasta que todo vuelve de nuevo a salir solo y natural en ese nuevo esquema.
Las personas necesitamos esas etapas de adaptación pero luego se puede ver que conseguimos adaptarnos y normalizar (veáse el caso de vivir en pandemia).
Así que, esto no va solo de correr sino que arrastra muchas cosas detrás. Por lo que piénsatelo dos veces si decides rendirte antes de tiempo. O te fortaleces y te mandas ese mensaje o lo mismo pasas a estar debilitándote.
Si, sí, yo ya necesito ese ebook